¿Qué arquetipo busca encarnar Trump en su primer discurso?

En su discurso inaugural, Donald Trump emplea poderosamente los arquetipos del «Héroe» y el «Gobernante«, según el marco establecido por Margaret Mark y Carol S. Pearson en The Hero and the Outlaw. Ambos arquetipos son fundamentales para conectar emocionalmente con la audiencia y consolidar su liderazgo.

El arquetipo del Héroe se manifiesta a través de la narrativa de lucha, superación y redención. Trump se posiciona como el defensor de la nación, enfrentando fuerzas adversas que han debilitado al país. Expresa frases como “A partir de este momento, el declive de América ha terminado” y “Dios me salvó para hacer grande a América nuevamente”, lo que refuerza su papel como salvador y agente de cambio. Este enfoque apela a los valores de coraje, perseverancia y victoria frente a la adversidad, resonando profundamente con una audiencia que busca esperanza y liderazgo en tiempos de crisis.

Por otro lado, el Gobernante emerge en la promesa de restaurar el orden, la justicia y la grandeza de Estados Unidos. Trump presenta una visión de control firme y liderazgo decisivo al declarar: “Restauraremos la fe en nuestras instituciones, la fortaleza de nuestras comunidades y la esperanza en nuestro futuro”. Las menciones a acciones específicas, como la reforma migratoria y la revitalización de la economía energética, subrayan un enfoque pragmático que refuerza la confianza en su capacidad para devolver estabilidad y poder al país.

Ambos arquetipos son utilizados estratégicamente para reforzar su imagen de liderazgo heroico y paternalista, conectando tanto con los deseos de seguridad como con el anhelo de inspiración colectiva. Este discurso no solo moviliza emociones, sino que también posiciona su administración como una era de transformación épica y restauración nacional.

De: Israel Cruz Corona


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